Una parada en el desierto

Un poco de rojo, un poco de naranja, un poco de gris, un poco de amarillo y que no falte lo verde porque siempre esta la naturaleza recordándonos que aún en condiciones difíciles se puede crecer.

40 minutos, tomates mexicanos y un sueño verde

Lunes veintinueve de agosto. Santiago me recibía en la vía que conduce de Caqueza, Cundinamarca a Villavicencio, Meta en Fosforito un caballo blanco y dócil que pertenecía a Nico, un italiano a quien conocí días después. Encontré la Finca Sueño Verde buscando en Workaway lugares donde se practicara agricultura orgánica y que estuvieran en Cundinamarca ya que …

Te recibo Kambo en el corazón

Por curiosidad, por pensar que mi llegada a ese lugar en ese momento no era solo una casualidad y que todo lo que había pasado hasta en el viaje había fluido decidí participar en la ceremonia del Kambo.